Talentoso Artista, gran músico, excepcional ser humano

La mejor forma de trascender es dejar una huella positiva en las almas de las personas que uno se va encontrando en el camino de la vida, ese cúmulo de experiencias, acciones y talento que se comparte con otros, es el legado que queda. Gilberto Aquino Pérez toco muchas almas y dejó muchas huellas como artista, cantante, músico, docente, padre, esposo, líder y hermano. Hoy conoceremos algo de su gran legado.

Por: Lucrecia Alfaro

Nació en 1954 en El Salvador, en el campo, en el seno de una humilde familia campesina. Allí se mantuvo hasta sus años de Colegio y luego viajó a Costa Rica a principios de los años 70s, su segundo hogar, donde formó su proyecto de vida, su familia; donde se realizaría como artista plástico y destacaría en muy diversas actividades, desempeñando distintos roles y siempre ayudando a otros en el camino.

En la foto con su hermano Julio, a inicios de los años 70s, recién llegado a Costa Rica.

Como ser humano

Quienes conocieron a Gilberto Aquino Pérez, primero dibujan una sonrisa en el rostro y luego pasan a resaltar sus cualidades como persona: “Era muy solidario, le gustaba mucho ayudar a los demás y de manera desinteresada. Siempre andaba feliz, haciendo bromas para que los demás se rieran con él. Puedo decir que disfrutaba mucho de la vida”, expuso Guillermo Brenes, transportista y amigo, quien le colaboraba a llevar sus obras de una exposición a otra; con mucho tiempo para tertulias, bromas e historias en los largos trayectos y eventos artísticos.

Por su parte, Juan Manuel Hernández, reconocido artista plástico, declara conmovido: “Lo conocí unos 30 años atrás, en un evento artístico en un hotel de playa, de los primeros en los que yo participaba. Yo estaba nervioso y él lo notó y me apoyo. Desde ese día empezamos una bonita amistad. Pero Gilberto fue mi mentor en muchos planos: en la pintura, -en la que incluso ayudó a conseguir una pasantía para mí en el extranjero;  en la docencia, -porque compartimos taller por muchos años y con él aprendí a enseñarle a otros- e incluso en el gusto por el canto lírico. Me enseño la diferencia entre ser un pintor y ser artista. También se convirtió en parte de mi familia al ser padrino de una de mis hijas… En fin, puedo afirmar que es de la persona de la que más he aprendido en mi vida”.

Respecto al porqué enseñaba a otros, don Gilberto siempre afirmó: “todos tenemos talentos dormidos, despertémoslos”. Por ello, en su taller de artista-pintor, en Moravia, don Gilberto impartió clases por años de años  muy diversas técnicas, con mucha paciencia, disciplina y buen humor a todo tipo de personas.

Ese don de gente con el que lograba empatía inmediata con las personas, fue  una de sus cualidades más evidentes, la cual  le facilitaba el comunicarse, entablar un vínculo con los demás y dejar huella en los corazones de quienes le conocieron.

Celebrando uno de sus cumpleaños con algunas de sus alumnas en el taller.

“Algunos compartimos poco, algunos mucho, pero todos los que tuvimos la dicha de conocer a Gilberto Aquino fuimos realmente afortunados de haber compartido con este gran ser humano que solo buenas huellas y gratos recuerdos de humanidad deja hoy como legado en nuestros corazones. Que lindo y gran ejemplo nos dejó Aquinito”, escribió Marjorie Cortés, en el muro de Facebook de don Gilberto como tributo a su memoria.

Como artista

Empezó a incursionar en la pintura allá por 1981. Inició escudriñando el óleo, pero poco después le atrajo la acuarela, en la cual se enfocó por unos 10 años. Y en 1991, gracias a unos estudios que realizara sobre las manifestaciones texturadas de las culturas autóctonas latinoamericanas, centró su quehacer artístico en la técnica del acrílico con textura, la cual adoptó como su forma de expresión, siempre con la intención de enaltecer a las culturas latinas.

Cada una de sus cálidas y vivaces creaciones alababan a la naturaleza en diversos seres, objetos y lugares. Son la evidencia de cómo alguien que tuvo el privilegio de amar lo que hacía, lo  materializa y refleja en todo lo que lleva a cabo. Muestra de ello, es esta reflexión que alguna vez expresó convencido: “Siempre que me encuentro frente al lienzo en blanco, experimento una inmensa sensación de libertad: la libertad que obtengo al hacer lo que amo, transformar mis ideas en un trabajo terminado. Al finalizar me sentiré satisfecho, o quizás insatisfecho, pero siempre sabre que he dado lo mejor de mí en todo lo que hago. Esto está cargado de disciplina, de orden en mi “desorden”, y sobre todo, de amor por lo que hago”.

Obra: Mujeres y Pueblo

De tal forma, el calor y el color latinoamericanos se subliman en su obra, plena de color y texturas, para irradiar energía y vitalidad, y transmitir el mensaje de amor por lo que hacía, de amor por  la vida.

“La pintura es observación. Observar la forma, observar la sombra, observar la luz…Lo que quiero es que la gente se sienta eufórica, que sienta esa sensación de bienestar, de alegría, pasión, de color y de calor…”, reflexionó sobre el sentido de su obra en un video que le hicieran en agosto del 2017.

Le gustaba investigar y experimentar  con distintas y novedosas técnicas. De hecho, una de sus últimas exposiciones, “Fluides de Quimeras” -exaltación a las letras femeninas costarricenses- la realizó en el 2020 en el Museo Municipal de Cartago, bajo la técnica de tintas en alcohol. Consistió en una muestra de 38 obras que causaron gran impacto por su originalidad.

Con más de 40 años de carrera artística,  miles de personas tuvieron el placer de estar en contacto con él y con su obra, tanto en Costa Rica como en el extranjero.

De manera colectiva participó en una amplia cantidad de exhibiciones y eventos internacionales en destinos muy diversos, en cuenta: Nicaragua, Panamá, El Salvador, Estados Unidos, Canadá y Venezuela.

En Costa Rica, entre los lugares más importantes donde han sido expuestas sus creaciones están: la Galería Nacional del Museo de los Niños, la Contraloría General de la República, el Banco Nacional de Costa Rica, la Segunda Bienal de Pintura y Escultura ICE, el Museo de Arte Costarricense, y el Museo de Jade del Instituto Nacional de Seguros, entre muchos otros. Así como de manera recurrente en Alemania y Panamá.

De la gran cantidad de eventos, exhibiciones y concursos en los que participó, hubo algunos que le significaron mucho, entre ellos:

• La última exposición realizada, en el Museo de Cartago, 2020, con la colección que realizara en una novedosa técnica de tintas en alcohol.
• Bienal del Museo de Cartago en el 2019,  la cual ganó.
• Celebración de sus 30 años de carrera, en la Galería Nacional del Museo de los Niños, en el 2010.
• Participación en festivales de arte en Italia, en el 2018.
• Exposición en la embajada de Costa Rica en Washington, USA en el 2017.
• Exposición en Polonia en el 2014.
• Diferentes exposiciones en El Salvador en donde podía compartir con su familia y en Panamá en donde tenía grandes amigos.

Obra «Emergiendo», en la técnica de tinta/alcohol sobre PVC, con la que Gilberto Aquino ganó la Bienal en el 2019, en la provincia de Cartago.

Grupo Café Chorale de Costa Rica

Dueño de una prodigiosa voz, Gilberto Aquino también se desempeñaba como locutor, animador y músico. Fue miembro fundador y honorario del coro Café Chorale de Costa Rica -grupo que cuenta con varios galardones internacionales-, desde 1994 hasta el 2016 y su Presidente del 2004 al 2016.

Apoyó al grupo en sus destacadas giras, tanto a nivel nacional como internacional, con sus diversas habilidades: su voz, la guitarra, el charango, la zampoña, los shakers, las maracas y las claves. Porque abanderado de la cultura latinoamericana como era, don Gilberto tocaba con maestría todos estos instrumentos.

Muestra de la profunda huella que dejó en este grupo coral es el texto que publicaron el pasado 7 de septiembre en el perfil de Facebook del coro, que dice: “Gilberto Aquino, emblemático ex integrante del coro nos ha dejado hoy, pero su huella en nuestra agrupación está marcada muy profundo y es imborrable. Su mística, responsabilidad, talento, lealtad, arte y sobre todo su amistad estarán siempre en el ADN nuestro”.

Proyección como Líder promoviendo el Arte

Por su convicción de ayudar a otros y compartir su conocimiento, fungió como miembro activo de  la Asociación Costarricense de Artistas Visuales (ACAV). Organización de la que además fue electo como Presidente el 23 de Febrero del 2019.

También fue distinguido como miembro honorario de Optimum Artis Internacional (Lo mejor del Arte en Latin), por su gran aporte a esta organización privada que impulsa diversas manifestaciones artísticas. En la noche de su designación, el 23 de octubre del 2016, don Gilberto con la humildad que le caracterizaba manifestó sonriente: “Ofrezco mis buenos oficios y mi trabajo para que el grupo siga creciendo”.

Su Familia

Gilberto Aquino se unión en matrimonio con Xinia Rodríguez en 1977. Tuvieron dos hijos Fabio -nombre en honor al cantante Leonardo Fabio a quien admiraba- y Gilbert, quienes hoy agradecen todas las anécdotas y  enseñanzas vividas con él.

Gilbert, su hijo menor, nos comparte esta sentida reflexión:

“Para nosotros cómo familia parte del legado que dejó él, es el hecho de querer siempre superarse, de tratar de innovar en diferentes áreas y ser un miembro activo en su entorno.

También parte de su legado fue siempre el compartir todo su conocimiento adquirido y de ayudar sin importar la situación o persona que fuera. Eso hacía que personas cercanas a él tuvieran una gran admiración ya que no se guardaba nada.

Siempre tenía una sonrisa y buen humor, independientemente de la circunstancia en la que estuviera, nunca dejó de ser una persona positiva y viviendo la vida de una forma alegre y aprovechándola al máximo. Cómo decía él: “Echando pa lante”

Siempre tuvo facilidad para expresarse, por lo que forjó grandes amistades hasta la fecha en varias partes del mundo.

Otra de las partes importantes que creemos que nos dejó en su legado, es su creatividad, ya que con un simple pedacito de papel lograba crear una obra de arte.

Y así cómo tenía su gran amor por el arte, lo tenía para nosotros cómo familia, que con gran esfuerzo forma junto a mi mamá y siempre veló por el bienestar de cada uno sin importar el sacrificio que tuviera que hacer”.

Queda claro que Gilberto Aquino Pérez fue mucho más que un talento artista y músico; fue sobre todo un gran ser humano y su mayor legado fue precisamente el compartir sus habilidades, su conocimiento y sus pertenencias con otros de manera desinteresada. Por ello, sin duda alguna su legado trascenderá en todos los corazones y en las manifestaciones de las personas que le conocieron. La mejor forma de honrar su memoria es compartiendo todo lo bueno que hizo. Razón por la cual hemos creado este escrito en el blog de Galería Valanti.

Bibliografía:

1. https://www.canara.org/capsulas/gilberto-aquino
2. https://www.hiddengardenart.com/gilberto-aquino-perez.html
3. https://www.youtube.com/watch?v=kDy4hUclOnE
4. https://www.youtube.com/watch?v=a83MnxRQ9wI