Entre la luz y el neón la máxima expresión

Dos salas completas de la Galería Nacional albergan una veintena de obras del renombrado artista costarricense Carlos Tapia. Inspirada en el rico colorido de los paisajes y las flores de Costa Rica, en esta nueva colección “El Color Manda”, el artista nos regala su habitual derroche de color, a su estilo tan particular y nos trae una novedad, ha incorporado pintura neón en algunos elementos de las obras, llevando la expresión de estas a otro nivel.

Texto: Lucrecia Alfaro/ Fotos: Aldo Vargas y Lucrecia Alfaro

La muestra contempla 24 obras y 2 gatos en neón  que fueron realizados en diferentes momentos entre el 2012 y la actualidad. Según nos explica Carlos son muy significativos para él, pero no los había podido exponer debido a que varios de ellos son obras de gran formato. La oportunidad se dio ahora que tiene a su disposición dos salas y el pasillo principal del primer piso de la Galería Nacional de Costa Rica, en el Museo de los Niños.

En la Sala 1,  que llamaremos la “Sala de Luz”, destaca un dimensionado tríptico, es decir, una obra formada por tres paneles separados que tienen sentido como un todo. En él, Carlos narra toda una historia con acciones principales en cada uno. “En el primer panel destaca un tornado que viene hacia la ciudad; en el segundo, es el edificio apaga incendios y en el tercero es el gato de Troya; panel este último que incluye un eclipse total de sol -como ocurrió en estos días de abril- aunque este cuadro lo pinté antes de pandemia”, describe rápidamente Carlos. Es importante destacar que cada panel tiene sentido en si mismo y en conjunto forman un gran cuento, como es usual en sus creaciones.

También se encuentran en este recinto, dos obras muy queridas : “Amelia”, que es un homenaje póstumo a su querida gata del mismo nombre, que tiene la particularidad de que, a distancia consiste en el rostro completo de la gata y de cerca, en su interior, se observan diferentes escenas gatunas. Junto a ella, “El Crítico” donde, del público gatuno que mira hacia el fondo, solo uno interpela con su mirada fija al espectador, y más allá, “El Coleccionista”, que, enmarcado en el arte Pop, atesora personajes de diferentes ambientes y programas televisivos, muy significativos para Carlos y para muchas generaciones. Entre ellos: Bart Simpson, la Nigüenta, Barny, el Chapulín Colorado, Batman, la abejita Maya y Mickey Mouse. “Los tres cuadros fueron creados en una misma época, una etapa muy linda para mí, que disfruté mucho”, rememora complacido Carlos.

En otra pared destaca el dimensionado cuadro “Día y Noche”, que corresponde a una ciudad imaginaria, creada por la nutrida creatividad de este artista. Obra que tiene una anécdota: cuando Carlos lo estaba pintando, se estaba quemando la Catedral de Notre Dame, en París, Francia (2019), y por ello incluyó en la obra la aguja quemada, igual a la que vió derrumbarse en las noticias.

También, de la temática arquitectónica, está presente “Escalera al Cielo”, en la que hace referencia a ese recorrido que hacemos todos en la vida para alcanzar el éxito.

Aparte, cerca de uno de los accesos, solitario se encuentra “Doble Tracción”, obra dedicada a su natal Turrialba, con sus tierras vestidas de colores por los cañales, el café y otros cultivos, y en primer plano, las huellas del carro doble tracción del abuelo que los recorría.

“La Sala Neón”

Acondicionada con una serie de luces “negras”, la Sala II está dedicada por completo a las obras de la tendencia “Neonística”, creadas con detalles en pintura neón por Carlos Tapia, para que, al apagar las luces convencionales, se encienden las emociones…

Al ingresar, el ambiente está dominado por tonos azules y lilas en las paredes, efecto de las luminarias especiales que se han colocado y que consiguen desacelerar toda prisa para empezar a mirar con atención al derredor, donde las obras, ahora “salidas” de sus lienzos por el efecto lumínico, te van “atrayendo como imán” una tras otra.

De repente, atrae la mirada los grandes ojos de la obra “Los Campos Ven y los árboles Oyen”, pintura de corte surrealista que en este contexto se vuelve absolutamente enigmática. Junto a ella,  aparece “Marea Roja”, inspirada en las bellas playas del Caribe costarricense, que con su cielo en “llamas” hace referencia a la calidez de vivir en el trópico. Al lado, el bodegón de unos imponentes “Girasoles” que gracias al efecto neón, se engrandecen y cobran más vida que nunca, para llenar el entorno de intensa alegría. Al otro extremo, “Corcovado”, reconocido sitio que se ubica en la Península de Osa, provincia de Puntarenas, que luce más sereno y bello con sus turquesas exaltados por la pintura neón.

Domina el recinto, en una posición de lujo en la pared principal, la obra de más reciente  creación de toda la exposición, “San José Neón”, que fue terminada pocos días atrás; porque, según comenta  Carlos,  el lienzo en blanco estuvo  en su estudio desde enero sin intervenir hasta que en Semana Santa, llegó la inspiración y “le entró con toda la fuerza”, como el mismo repuso. “Yo me conozco, bajo presión no funciono, necesito dejar que las cosas pasen… Trabajé en muchos otros cuadros en ese tiempo y de pronto llegó el momento ideal y empecé y ya, nada me detuvo”, explica con determinación.  

Interesante dato es que Carlos empezó a trabajar con pintura neón hace unos cinco años atrás, porque le gustaba el efecto que se logra aún con luz convencional. Sin embargo, se topó con el espectacular efecto que tienen con luz “negra” gracias a una amiga que le regaló hace unos dos años una de estas lámparas, la cual empezó  a probar con sus cuadros un día cualquiera y vió el espectacular efecto. Desde ese momento, decidió que tenía que hacer una exposición en esta línea y como él dice, las cosas fluyeron para que sea  ahora en la exhibición “El Color Manda”.

Es justo mencionar que las obras aquí compiladas tienen sentido tanto en luz “normal”, es decir, incandescente, como expuestos a la luz negra. De hecho, lo que sucede en el segundo caso es que se potencia su fuerza expresiva, y cobran incluso un sentido más sublime o intenso, dependiendo de los elementos que Carlos haya decidido destacar. “Estos cuadros tienen la particularidad de que funcionan tanto con la luz blanca, porque son cuadros bien hechos compositivamente, como con luz negra” afirma orgulloso.

La muestra como un Todo:

El estilo de toda la muestra sigue siendo el mismo: color, forma, vértigo, perspectiva, humor y esa particularidad de que en una misma obra se pueden ver varios mensajes con sentido, varios cuentos, que cada quien forma a su antojo. Es decir, Carlos es un artista con un lenguaje propio muy consistente que distingue a sus creaciones independientemente de la serie o la época. Lo cual lo convierte en un artista consagrado.

Paradójico es que precisamente Carlos gusta de que sus obras surjan de ese dejarse llevar, que la musa fluya con naturalidad cuando está frente al lienzo. “Hay gente que me resuelve el cuadro en cuanto al sentido que le dan, pero para mí es simplemente dejarme fluir”, expone relajado.

En cuanto a materiales,  recurre al acrílico sobre tela, en algunas obras incluyó pintura algo de brillo como en “Tortuguero” y en “Día y Noche” y en otras introdujo retoques con pintura neón para dar vida a cada creación.

“Esta exposición es muy satisfactoria porque, aparte de que los dos salones son preciosos, tienen todo el espacio para que la gente pueda retroceder y ver los cuadros a distancia y en detalle, estudiarlos, en fin, están a su aire.  La curaduría de Francisco Castro, gerente de Galería Valanti, fue espectacular me conoce muy bien y entonces sabe muy bien cómo mezclar los cuadros, tomando en cuenta que mis obras son muy peleonas, por los fuertes colores y aquí, están realmente puestos como tienen que ser”, argumenta realmente agradecido Carlos.

“Fue una experiencia muy divertida!! La fuerza del color en ambas técnicas y el surrealismo Pop, nos traslada a una dimensión mágica en la pintura de Carlos! El haber hecho la curaduría en un espacio tan bello como lo es la Galería Nacional del  Museo de Los Niños, a tan expresiva muestra, fue toda una aventura. Conozco muy bien las creaciones de Carlos y logramos una buena armonía para que las obras puedan apreciarse bien, sin que se “Peleen” entre sí.”, declara Francisco.

“Esta exposición de Carlos Tapia es Maravillosa, es muy interesante ver como agregó pintura Neón, dándole una dimensión diferente a su trabajo. Fue una gran sorpresa ver el resultado que le dio ese acabado neón, me emocioné mucho al ver las obras con esa dimensión que lo hace a uno sumergirse adentro de las obras. La obra de Carlos se adapta muy bien a esta técnica, no todas las obras de arte tienen esa particularidad.”, expresó emocionada doña Marta.

Consultado sobre lo aprendido de esta experiencia, Carlos reflexiona: “Que aquello que alguna vez me dije no puedo, se convirtió en sí puedo. Que todo en la vida son retos por superar. Que aquí hay mucha alegría, porque a veces me río solo mientras estoy pintando. Y que es increíble darme cuenta que todo esto -señalando los cuadros- estuvo dentro de mi cabeza y lo plasmé, lo cual me hace sentir muy satisfecho”.

Y no es para menos que se sienta tan satisfecho, porque en este momento tan exitoso de su carrera, Carlos se ha dado la licencia, con el apoyo de la Galería Nacional y de Galería Valanti, de hacer la primera muestra con una sala completa dedicada a obras intervenidas con pintura neón en Costa Rica. “Aparte de ser el precursor de este tipo de aventura, es muy satisfactorio para mi ver que la luz y el color están juntos en cuadros que se defienden solos, sea con luz negra o no. En realidad es una decisión de quien lo vaya a tener en el momento, la sensación que desee vivir”, concluye.

Entre la luz y el neón de esta exposición “El Color Manda” el arte hace la diferencia una vez más, como afirma el lema de nuestra Galería Valanti.

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