PASAPORTE COVID-19

Ahora imprescindible para la vida Socio-Cultural

Con la intención de reactivar la economía y la vida social; motivar a las personas a vacunarse o para limitar la circulación de quienes no estén vacunados y signifiquen una “amenaza” potencial para el resto, es que se ha gestado en diferentes países el Pasaporte Covid-19. Su propósito inicial fue el de garantizar el sano traslado de los viajeros entre fronteras; pero cada vez más, su uso se extiende a otras actividades, como: toda actividad recreativa, cultural o deportiva, cines, museos, restaurantes, centros médicos, gimnasios y demás. La lista se amplía constantemente. ¿Se justifica su uso? ¿Qué países lo han implementado?, ¿Cuáles han sido las reacciones? y ¿Qué efectos ha tenido?, es lo que detallaremos a continuación.

Por: Lucrecia Alfaro

El Certificado Covid Digital, también conocido como “pasaporte sanitario”, «pasaporte de inmunidad», “coronapas”, «pasaporte covid» o «pase verde», es un documento emitido por las autoridades de un país en específico donde se certifica que la persona portadora ha sido vacunada contra el Covid-19. Dependiendo del país, se permite el asistir a ciertos espacios o viajar, solo con su portación.

Israel, uno de los países líderes en vacunación contra el covid-19, fue el primero en implementar el “pase verde” en el mes de Febrero pasado. Lo hizo con la idea de acreditar la inmunidad de las personas contra esta enfermedad y permitir el acceso de los vacunados a estadios, teatros y piscinas, entre otros lugares.

Sin embargo, el 1 de junio el gobierno israelí lo había dejado sin efecto aduciendo que los números de infectados habían bajado significativamente; pero, lo volvió a activar el 29 de Julio ante el incremento de enfermos.

Cómo funciona el 'pase verde' de Israel para volver a la normalidad?

Por su parte, el 9 de junio anterior el Parlamento Europeo aprobó por un amplio margen el Certificado Covid Digital para viajar dentro de la Unión Europea. Entró en vigor el 1 de julio.

Este certificado demuestra que la persona ha sido vacunada contra el Covid-19, dio negativo en la prueba del virus o se ha recuperado de la enfermedad. El portarlo permite la libre circulación por todos los Estados miembros de la Unión Europea (UE), con la ventaja de no tener que realizar cuarentena alguna.

El certificado está actualmente vigente en todos los países de la Unión Europea (UE) y los adscritos –Islandia, Liechtenstein, Noruega Suiza, Ucrania, Turquía y Macedonia del Norte-. Cada país decide si también funciona como «pase verde» para el ingreso a restaurantes y espectáculos en espacios cerrados, entre otras actividades de contacto social.

En Dinamarcal el llamado “coronapas” funciona de manera similar al Certificado Covid Digital de la UE, y es requerido para comer en interiores en restaurantes, bares y cafés; así como, para ingresar en lugares culturales como museos, zoológicos, cines y parques de atracciones.Según el sitio web de coronapas, los mayores de 18 años requieren de un pase de estos válido para ir a los gimnasios y a las instalaciones deportivas cubiertas. Esta fue una iniciativa conjunta del Ministerio de Sanidad danés, la Autoridad Sanitaria danesa, el Statens Serum Institut y otras autoridades.

Francia, por su parte, fue uno de los primeros países de Europa en implementar una tarjeta sanitaria que permite a sus titulares ingresar a distintos locales, comercios y actividades.

Muestra de ello es que el Museo del Louvre en su sitio web, en el apartado sobre “Información sobre Covid-19”, afirma: “A partir del 21 de julio, todos los visitantes mayores de 18 años deberán presentar un pasaporte sanitario europeo para acceder al museo. Esto mismo se aplicará a los mayores de 12, a partir del 30 de septiembre”.

También en el sitio web de la Torre Eiffel se afirma que: “Todos los visitantes de 18 años y más, tienen que presentar un Certificado Covid de la UE válido, o un pasaporte sanitario para los visitantes no europeos o prueba PCR con 72 horas de extendida”,

Sin embargo, la legislación ha ido más allá y a partir del 9 de agosto es obligatorio portar la tarjeta sanitaria para entrar en locales como bares, restaurantes, cines y teatros, y espacios al aire libre. Pueden mostrar la versión digital o en papel de la tarjeta sanitaria. Igual es en los centros médicos.

También esta tarjeta pone en marcha la vacunación obligatoria de algunos trabajadores del país. Desde el 30 de agosto, los trabajadores de los centros sometidos al mandato del pase sanitario deben estar vacunados para poder laborar. Y, se aplicará la misma medida para los trabajadores sanitarios a partir del 15 de octubre.

Como reacción, el sábado 7 de agosto, más de 160.000 personas salieron a las calles en toda Francia para protestar contra esta nueva ley.

En Austria es necesario para entrar en establecimientos de la ‘noche gastronómica’, como clubes de baile, discotecas y pubs, y en Bruselas para participar en eventos al aire libre con más de 1.500 personas.

A partir del 6 de agosto, los Museos Vaticanos comenzaron a exigir el llamado green pass, o “pase verde” a los visitantes. Este es una extensión del Certificado Covid-19de la Unión Europea.

A las afueras, varios turistas fueron rechazados a pesar de que habían reservado con anticipación la entrada, ya que no pudieron mostrar dicho documento.

«Creo que es una buena idea», reconocío un turista estadounidense a la entrada de un museo, «porque hace que la gente que ha sido vacunada se sienta un poco más segura, así que sí, estoy de acuerdo». Otra ciudadana, una italiana, ve la medida como algo «absolutamente necesario para la seguridad de todos».

En Italia, el pasado jueves 5 de agosto, el gobierno italiano, bajo la dirección del Primer Ministro, Mario Draghi, decidió por decreto que el “pasaporte sanitario” será obligatorio tanto para los profesores como para los pasajeros de vuelos nacionales, transbordadores y trenes de larga distancia; así como para: entrar en los museos, restaurantes u otros muchos lugares públicos de este país a partir del 6 de agosto.

La medida ha generado manifestaciones de todo tipo, como la registrada ese mismo jueves 5 por la noche, cuando miles de personas se reunieron en la plaza principal de Turín, Piazza Castello, para protestar bajo el lema «Día sin miedo». La mayoría de los participantes no llevaba mascarilla y algunos levantaban carteles con las palabras «Libertad» y «Discriminación de Estado».

En Grecia la postura es mucho más firme, pues la vacuna es obligatoria para todo el personal sanitario desde el 13 de julio pasado, cuando el Primer Ministro griego Kyriakos Mitsotakis anunció que sólo los griegos vacunados podrán acceder a zonas comerciales interiores, como restaurantes, centros de ocio, museos, bares, teatros y cines.

Luxemburgo empezó con los “Certificados Covid Check” digitales en junio anterior como parte del sistema de Certificado Covid Digital de la UE.

Estos aparecen como códigos QR en los teléfonos de los usuarios, que los restaurantes, bares y otros locales escanean, con una aplicación aprobada por el gobierno, antes de permitir el ingreso de los visitantes. Si alguno no lo porta, puede someterse a una prueba rápida de antígenos en el sitio.

Sin embargo, otros países, como Ucrania o Bulgaria, no consideran el uso del Certificado Covid más allá del posibilitar los viajes internacionales.

En España España, no se exige el certificado, si lo tiene la persona bueno, pero igualmente puede ingresarcon una prueba PCR o test de antígenos realizado en las 72 horas previas a la llegada o con el Certificado Digital Covid europeo.

En Estados Unidos, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, lanzó el pasado 16 de agosto el plan piloto para activar el “Key to NYC” o «Llave a Nueva York», el cual tendrá un periodo de transición de un mes.

A partir de esa fecha, los neoyorquinos y visitantes de 12 años de edad y mayores, están obligados a mostrar prueba de vacunación para participar en actividades al interior en la Ciudad de Nueva York, que se realicen en: restaurantes, bares, gimnasios, lugares de recreación, cine, museos, lugares de música, casinos, sitios para conciertos, jardines botánicos, lugares para fiestas, galerías, acuarios, zoológicos, teatros y estadios deportivos, entre otros.

De tal forma, al parecer la ciudad de Nueva York será la primera de las grandes metrópolis de Estados Unidos en crear un pase sanitario.

En la página es.nycgo.com/coronavirus se define los Teatros de Broadway anuncian que: “requerirán vacunas para los miembros de la audiencia, así como para los artistas intérpretes o ejecutantes y el personal de backstage y de todas las actuaciones a partir de octubre del 2021”

Metropolitan Museum of Art de Nueva York | Moove Magazine

EnAmérica Latina, Uruguay, ya habilitó en la web del Ministerio de Salud Pública (MSP) el gestionar la “Autorización de ingreso a Uruguay”, o “pasaporte sanitario”, que deben rellenar todos los que ingresen al país. Sin embargo, aún no lo ha impuesto para actividades de ocio o locales como restaurantes o cafés. En otros países del área, ya se está estudiando la opción.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, está trabajando en un certificado digital inteligente de vacunación para llevar un registro global, aunque aseguran que es diferente a un «pasaporte» ya que no sería un requisito para moverse.

El tema está más activo que nunca, con muchas variaciones en cada región para su implementación y variables por definir, en cuenta: ¿cómo aplica para quienes se colocaron otra vacuna diferente a la aceptada al país donde se dirige? ¿La privacidad de datos personales está garantizada? ¿Son falsificables o hackeables estos documentos?, por citar solo tan solo algunas.

Pero lo cierto del caso es que al parecer el Pasaporte Covid-19 llegó para quedarse y su implementación está permitiendo al comercio y a las actividades culturales reactivarse; por lo que, sin duda se seguirá extendiendo su uso por todo el orbe, volviéndose imprescindible para la vida social.

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